top of page

© 2023 by Johan Cage. All rights reserved.

Deuteronomio

Capitulo 25

 

 

 

1. Cuando haya pleito o contienda entre dos hombres, se recurrirá a los jueces para que juzguen. Se declarará justo al que lo es y se condenará al culpable.

2. Si éste merece azotes, el juez le hará echarse al suelo en su presencia y hará que lo azoten con un número de golpes proporcionado a su culpa.

3. Podrán darle cuarenta azotes, no más, no sea que al golpearlo más, sea mucho el castigo y tu hermano quede deshonrado a tus ojos.

4. No pondrás bozal al buey que trilla.

5. Si dos hermanos viven juntos y uno de ellos muere sin tener hijos, la mujer del difunto no irá a casa de un extraño, sino que la tomará su cuñado para cumplir el "deber del cuñado".

6. El primer hijo que de ella tenga retomará el lugar y el nombre del muerto, y así su nombre no se borrará de Israel.

7. En el caso de que el hombre se niegue a cumplir su deber de cuñado, ella se presentará a la puerta de la ciudad y dirá a los ancianos: «Mi cuñado se niega a perpetuar el nombre de su hermano en Israel, no quiere ejercer en mi favor su deber de cuñado.»

8. Entonces los ancianos lo llamarán y le hablarán. Si él porfía en decir: «No quiero tomarla por mujer»,

9. su cuñada se acercará a él y en presencia de los jueces le sacará la sandalia de su pie, le escupirá a la cara y le dirá estas palabras: «Así se trata al hombre que no hace revivir el nombre de su hermano».

10. Su casa será llamada en Israel «la casa del descalzo».

11. Si dos hombres pelean entre sí y la mujer de uno de ellos se acerca para librar a su marido de los golpes del otro, alarga la mano y agarra a éste por las vergüenzas,

12. harás cortar la mano de la mujer sin piedad.

13. No tendrás en tu bolsa diferentes pesas, unas mayores y otras menores,

14. ni habrá en tu casa una medida grande y otra menor.

15. Tendrás un peso justo y exacto, e igualmente una medida justa y exacta, para que se prolonguen tus días en la tierra que Yavé, tu Dios, te da.

16. Porque Yavé aborrece al que hace tales cosas y a toda injusticia.

17. Acuérdate de lo que hizo Amalec con ustedes cuando estaban en camino, al salir de Egipto.

18. Vino a tu encuentro en el camino y atacó por la espalda a todos los que iban agotados en la retaguardia, cuando tú estabas cansado y extenuado; no tuvo temor a Dios.

19. Por eso, cuando Yavé, tu Dios, después de someter a todos tus enemigos alrededor, te dé descanso en la tierra que él te da, borrarás el recuerdo de Amalec de debajo de los cielos. No lo olvides.


 

 

Capitulo 27

 

 

 

1. Moisés y los ancianos de Israel dieron al pueblo esta orden: «Guarden todos los mandamientos que yo les prescribo hoy.

2. Cuando pasen el Jordán para ir a la tierra que Yavé, tu Dios, te da, erigirás grandes piedras y las blanquearás con cal.

3. Y al pasar escribirás en ellas todas las palabras de esta Ley, con el fin de asegurar tu entrada a la tierra que Yavé, tu Dios, te da como lo tiene dicho a tus padres, tierra que mana leche y miel.

4. Cuando hayas pasado el Jordán, levantarás estas piedras en el monte Ebal, como hoy te mando, y las blanquearás con cal.

5. Levántarás allí en honor de Yavé un altar de piedras, sin labrarlas con hierro.

6. Con piedras sin labrar harás el altar de Yavé y sobre este altar ofrecerás holocaustos a Yavé, tu Dios.

7. Allí también inmolarás sacrificios de comunión, los comerás y te alegrarás en presencia de Yavé, tu Dios.

8. Escribirás en estas piedras todas las palabras de esta Ley. Déjalas bien grabadas.»

9. Después, Moisés y los sacerdotes de la tribu de Leví hablaron así al pueblo de Israel: «Atiende y escucha, Israel. Hoy has pasado a ser el pueblo de Yavé, tu Dios;

10. escucharás, pues, su voz y pondrás en práctica los mandamientos y normas que yo hoy te prescribo.»

11. Aquel día Moisés dio esta orden al pueblo:

12. «Cuando hayan pasado el río Jordán, las tribus de Simeón, Leví, Judá, Isacar, José y Benjamín se pondrán en el monte Garizim para repetir las bendiciones sobre el pueblo,

13. mientras que las de Rubén, Gad, Aser, Zabulón, Dan y Neftalí estarán en el monte Ebal para repetir las maldiciones.

14. Entonces los levitas tomarán la palabra y dirán en voz alta para que lo oigan todos los israelitas:

15. Maldito sea el que hace un ídolo de metal, cosa odiosa a Yavé, obra de manos de artífice, y lo coloca en un lugar oculto. Todo el pueblo responderá: ¡Amén!

16. Maldito aquel que desprecia a su padre o a su madre. Y responderá todo el pueblo: ¡Amén!

17. Maldito el que corre los límites de la heredad de su prójimo. Todo el pueblo responderá: ¡Amén!

18. Maldito el que desvía a un ciego en el camino. Todo el pueblo responderá: ¡Amén!

19. Maldito el que no respeta el derecho del forastero, del huérfano y de la viuda. Todo el pueblo responderá: ¡Amén!

20. Maldito el que se acueste con la mujer de su padre y deshonre así su cama. Todo el pueblo responderá: ¡Amén!

21. Maldito el que peca con cualquier animal que sea. Responderá el pueblo: ¡Amén!

22. Maldito el que se acuesta con su hermana, hija de su padre o de su madre. Todo el pueblo responderá: ¡Amén!

23. Maldito el que se acuesta con su suegra. Todo el pueblo dirá: ¡Amén!

24. Maldito aquel que mata a traición a su prójimo. Todo el pueblo dirá: ¡Amén!

25. Maldito el que acepta soborno para matar a un inocente. Todo el pueblo dirá: ¡Amén!

26. Maldito el que no sigue fiel a las palabras de esta ley poniéndolas en práctica, y todo el pueblo dirá: ¡Amén!

 

Capitulo 26

 

 

 

1. Cuando llegues a la tierra que Yavé, tu Dios, te da en herencia, cuando haya pasado a ser tuya y habites en ella,

2. tomarás los primeros productos de la tierra que Yavé, tu Dios, te da, los pondrás en un canasto y los llevarás al lugar elegido por Yavé, tu Dios, para morada de su Nombre.

3. Te presentarás al sacerdote que esté en funciones en aquellos días y le dirás: «En este día yo reconozco que Yavé, mi Dios, me hizo entrar a la tierra que prometió a nuestros padres que nos daría.»

4. Y el sacerdote tomará de tus manos el canasto y lo depositará ante el altar de Yavé, tu Dios.

5. Entonces tú dirás estas palabras ante Yavé:

6. «Mi padre era un arameo errante, que bajó a Egipto y fue a refugiarse allí, siendo pocos aún; pero en ese país se hizo una nación grande y poderosa. Los egipcios nos maltrataron, nos oprimieron y nos impusieron dura servidumbre.

7. Llamamos pues a Yavé, Dios de nuestros padres, y Yavé nos escuchó, vio nuestra humillación, nuestros duros trabajos y nuestra opresión.

8. Yavé nos sacó de Egipto con mano firme, demostrando su poder con señales y milagros que sembraron el terror.

9. Y nos trajo aquí para darnos esta tierra que mana leche y miel.

10. Y ahora vengo a ofrecer los primeros productos de la tierra que tú, Yavé, me has dado.» Los depositarás ante Yavé, te postrarás y adorarás a Yavé, tu Dios.

11. Después comerás y celebrarás una fiesta, tú y tu familia, con todos los bienes que Yavé te ha dado. También comerán y estarán de fiesta contigo, tanto el levita como el forastero que viven junto a ti.

12. El tercer año, año del diezmo, cuando hayas acabado de separar el diezmo de todas tus cosechas y se lo hayas dado al levita, al forastero, a la viuda y al huérfano, para que lo coman en tu misma ciudad hasta saciarse,

13. dirás en presencia de Yavé: «He sacado de mi casa lo que pertenece a Yavé: se lo he dado al levita, al forastero, al huérfano y a la viuda, según los mandamientos que me has dado. No he traspasado ninguno de ellos ni los he olvidado.

14. De lo que quedaba no he comido nada durante mi duelo, nada hay impuro en él, nada he ofrecido a los ídolos, sino que he obedecido la voz de Yavé, mi Dios, y he obrado en todo como me lo habías mandado.

15. Desde tu santuario, desde lo alto de los cielos, mira a tu pueblo Israel y bendícelo, así como a la tierra que nos has dado según lo tenías dicho a nuestros padres, esta tierra que mana leche y miel.»

16. Has de saber que ese mismo día Yavé, tu Dios, te manda cumplir sus normas y sus mandamientos. Tú los guardarás y los pondrás en práctica con todo tu corazón y toda tu alma.

17. Pues acabas de decir a Yavé que él será tu Dios y tú seguirás sus caminos, observarás sus normas, sus mandamientos y sus leyes y escucharás su voz.

18. Yavé, a su vez, te manda decir hoy que serás el pueblo que le pertenece, como él te lo tiene dicho, y tú guardarás todos sus mandamientos.

19. El, por su parte, te dará honor, renombre y gloria y te pondrá por encima de todas las naciones que hizo, mientras tú pasas a ser un pueblo consagrado a Yavé, tu Dios, como él te ha dicho.»


 

bottom of page